El catedrático de Sociología inauguró el seminario “Pensar el siglo XXI”, organizado por el Consejo Social de la Universidad Internacional de La Rioja.
Por Alfonso Basallo - 22 abril, 2021
“No hay nadie en el puente de mando
de la humanidad: porque EE.UU. se ha ido y China no ha llegado” ha
afirmado el catedrático emérito de Sociología y académico de Ciencias
Morales, Emilio Lamo de Espinosa, en el seminario de reflexión
académica Pensar el siglo XXI.
La pérdida gradual del poder de Occidente, el ascenso de China para disputar la hegemonía a Estados Unidos y el papel de la Unión Europea han centrado, entre otras cuestiones, la primera sesión del seminario, dirigido por el propio Lamo de Espinosa, y organizado por el Consejo Social de la Universidad Internacional de La Rioja (UNIR), que preside el exministro Jordi Sevilla, con la colaboración de Nueva Revista.
La sesión contó con una ponencia
de Lamo de Espinosa, titulada La era post-occidental: el retorno de
Asia, y con las intervenciones de José Ignacio Torreblanca,
profesor de Ciencia Política de UNED, y Ana Palacio, exministra de
Asuntos Exteriores y abogada especialista en Derecho Europeo, en un debate
moderado por Rafael Puyol, presidente de UNIR.
El profesor Lamo de Espinosa comenzó
citando la frase de Ortega y Gasset “No sabemos lo que nos
pasa, y eso es precisamente lo que nos pasa” para señalar que nos encontramos
en “un punto de inflexión histórico e incluso civilizacional”.
Explicó que el mundo del siglo XXI está
viviendo “la tercera gran transformación de la humanidad -después
de las revoluciones agrícola e industrial-”, pero con la particularidad de que
esta es “más extensa -afecta a la totalidad del planeta-; más profunda -la
población urbana ha superado por primera vez a la rural-; y más rápida -los
ritmos de crecimiento de los países emergentes se han acelerado-”.
«La gran recensión de 2008 y la
pandemia han reforzado la asimetría del crecimiento»
Este crecimiento ha sido asimétrico,
y la gran recensión de 2008 y la pandemia han reforzado esa asimetría. En este
contexto, China “está recuperando terreno y su economía está superando a la de
Occidente”. En realidad -explica Lamo de Espinosa- más que un ascenso
se trata de un retorno, ya que China e India han representado
durante siglos el 50% del PIB del mundo; cayó con la Revolución Industrial en
favor de Occidente, hasta representar tan solo el 5% en 1970; pero ha vuelto a
crecer en las últimas décadas.
El relevo en la hegemonía
mundial quedó plasmado en una portada del Financial Times de
2014, que daba “la noticia del siglo” subrayó el ponente: “Si en 1872, la
economía norteamericana había sobrepasado a la del Imperio Británico y daba
comienzo a su hegemonía; en 2014, era China la que comenzaba la suya”.
Entre las causas, el catedrático de
Sociología ha destacado la demografía del gigante asiático, que
cuenta con casi 1.400 millones de habitantes. El empuje demográfico de Asia es
uno de los factores que explica que, según las previsiones, la población mundial
vaya a pasar de los 3.000 millones de habitantes en 1950 a 9.500
millones en 2050.
Esta divergencia demográfica entre el
Este (creciente) y el Oeste (declinante) se ha acoplado con una
convergencia tecnológica (los países de Oriente se benefician de los
avances de Occidente y copian las innovaciones). Esto ha contribuido al
incremento de la productividad de China e India. En ese sentido,
constata el sociólogo que “las potencias demográficas terminan
transformándose en potencias económicas; éstas en potencias políticas; y
posteriormente en potencias militares».
WASHINGTON, PEKÍN Y LA TRAMPA DE
TUCÍDIDES
Por eso, en el mundo del siglo XXI
China y la India están ganando poder geoestratégico, en tanto que EE.UU. y la
UE lo están perdiendo. Tenemos “una superpotencia declinante (EE.UU.), una
potencia ascendente alternativa (China); una potencia sobrevalorada (Rusia) y
una potencia ascendente infravalorada (India)” apunta Lamo de Espinosa.
Washington y Pekín mantienen una
rivalidad estratégica, en la que «el primero puede caer en la tentación de
hacerle la guerra a la potencia ascendente, como le ocurrió a Esparta
frente a Atenas» -lo que el politólogo Graham Allison ha
llamado la trampa de Tucídides-.
«Tenemos un mundo de
hombres fuertes (Trump, Bolsonaro, Putin) e instituciones débiles»
En esta era post-occidental, «el
mundo adolece de una falta de gobernanza global”. En lugar de eso lo
que tenemos -afirma el sociólogo- es “una multipolaridad
asimétrica, en un mundo neo-westfaliano, de hombres fuertes (Trump, Bolsonaro,
Putin) e instituciones débiles”.
La Unión Europea no está en ese juego
de poder global; es “herbívora” no “carnívora”. Y “su poder es económico y
regulador, pero no político ni menos militar”. En este sentido, el ponente ha
citado la frase del vicepresidente de la Comisión Europea, Josep
Borrell “la UE tiene que aprender a hablar el lenguaje del
poder”
«¿Seremos capaces los europeos de
escribir nuestra propia historia o vamos a dejar que la escriban otros?»
Lamo de Espinosa terminó su
intervención preguntando si en el futuro los europeos “seremos capaces de
escribir nuestra propia historia o vamos a dejar que la escriban otros”. Ya que
durante trescientos años la historia del mundo se ha escrito en Occidente; pero
“ya no es así después de las las dos guerras mundiales que fueron guerras
civiles de Occidente, y del retorno de Asia”.
En el coloquio posterior, moderado
por Rafael Puyol intervinieron el profesor de Ciencia
Política de la UNED José Ignacio Torreblanca, y la exministra Ana
Palacio.
José Ignacio Torreblanca.
Torreblanca sostiene que “la única
pregunta relevante para saber cómo va a acabar el siglo XXI es preguntarse por
la cuestión de China”. El gigante asiático ha salido de un siglo de
humillaciones y “toda la problemática de Asia gira en torno a la
cuestión de China”, de manera análoga que la problemática de Europa «ha
gravitado sobre la cuestión de Alemania durante todo el siglo XX».
Torreblanca: “Los europeos no
sabemos qué opción elegir: arrimar el hombro con EE.UU., hacer un tercer polo o
ponernos de perfil”
En China se frustró la posibilidad de
una liberalización con la represión de Tiannamen. “Hablamos de la caída del
Muro, en el 89, pero hay otro 89, el 4 de junio de ese mismo año” señala
Torreblanca. Explica que se dio un golpe de Estado contra el primer
ministro Zhao Ziyang, líder del proceso de democratización desde dentro del
Partido Comunista, como él mismo cuenta en su libro Prisionero del Estado. Tiannamen supuso “el
derrocamiento del Gorbachov chino”, que fue apartado antes de que
pudiera poner en marcha el proceso democratizador. Desde entonces «se reforzó
el autoritarismo, se rompió la rotación del liderazgo interno del Partido
Comunista, y se cerró la posibilidad de cambio».
Respecto a la pregunta “¿qué
significa Europa en el mundo bipolar del siglo XXI?”, señaló que la clave está
en “la transición de poder entre EEUU y China”. Y añadió que la pregunta
es difícil de responder porque “sabemos lo que quiere China, sabemos lo que
quiere EEUU, pero no sabemos lo que queremos nosotros”. No sabemos cuál de
estas tres opciones elegir: “arrimar el hombro con EEUU en esa pugna, hacer un
tercer polo o ponernos de perfil y esperar a que escampe”.
Ana Palacio: “Si queremos entender el
mundo del siglo XXI tenemos que dejar el eurocentrismo con el que lo analizamos
todo”
Por su parte, Ana Palacio afirmó
que “si queremos entender el mundo del siglo XXI tenemos que dejar el
eurocentrismo con el que lo analizamos todo”. Con perspectiva histórica, el
dominio de Occidente desde la Revolución Industrial hasta ahora, periodo en el
que hemos hecho las reglas y las hemos diseminado, “ha sido un
accidente”. Añadió que ahora es preciso mirar a “la emergencia del
Indo-Pacífico” y a China, que tiene “cosas que decir y principios que aportar
en la arquitectura multilateral del mundo, como por ejemplo la armonía”.
Ana
Palacio.
“No podemos cuestionar los principios
de la civilización (individuo, derechos humanos, racionalidad crítica,
democracia)” sostiene la exministra, pero añade que en “la defensa de las
reglas” es necesario “hacer adaptaciones para llegar a una intersección” con
potencias como China.
LA UNIÓN EUROPEA, POTENCIA
REGULATORIA
Aunque EE.UU. tiene “un grave
problema de quiebra interna”, Palacio se ha mostrado optimista ante la
importancia que está dando la administración Biden a los
aliados y considera que “EE.UU. está entendiendo que es líder de
Occidente, y sería bienvenido su liderazgo”.
Y respecto al discutido papel
de la Unión Europea, ha recordado que sigue siendo “una potencia regulatoria:
hasta China ha copiado la normativa sobre plásticos. Y eso es poder”. Pero
añade que “necesitamos seguridad, hard-power, y un presupuesto
común para abordar cuestiones estratégicas que nos interesan a
todos”.
PRÓXIMOS SEMINARIOS
El seminario Pensar el siglo
XXI se ocupará en próximas sesiones de La geopolítica de la energía
(del petróleo a las renovables); La globalización, antes y después de la
pandemia; El cambio climático y la sostenibilidad; y contará con la
participación de destacados expertos que analizarán y debatirán estas
cuestiones.
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